Disoñadora

Poco a poco iba gustándome estar en la academia, al principio me fue difícil pero luego me fui acostumbrando al ritmo, aunque habían veces en que me estresaba rápido, pero por suerte ya tenía un amigo que estaba siempre a mi lado para darme ánimos y ayudarme. Ya había pasado dos semanas desde que empezaron las clases, pero aún no había recorrido toda la academia, era muy grande y tenía muchos parques, así que un día le dije a Marco que me acompañe a la hora de salida a pasear por los alrededores, y nos fuimos, había una piscina porque también enseñaban natación e incluso un gran comedor, los alumnos se reunían en grupo y se sentaban en el pasto de los parques para estudiar o discutir sobre algún tema, mi amigo me dijo que siempre le había gustado estar en lugares así rodeado de árboles y plantas, por eso postularía a una carrera de ciencias, ese día hablamos mucho sobre las diversas carreras, le conté que era lo que yo realmente quería, él supo escucharme y comprenderme, esa era otra