Disoñadora

Cada día hacia más calor, estábamos en pleno verano yo usaba mis chavitos con muchos bolsillos y mis polos delgados por que no soportaba el  sol, los carnavales ya habían empezado, al salir de mi academia tenía que lidiar con los chicos de mi barrio que tenían la costumbre de mojar a cualquier chica que pasaba por ahí, y en la academia no fue la excepción, luego de aquella conversación en el parque con Marco, él no volvió a tocar el tema, se le veía mejor cada día… y así paso una semana más. Otra vez me levante tarde, no tome desayuno y salí disparada a estudiar, las mañanas siempre dan pereza, pero que casualidad Marco también estaba tarde, coincidimos en el carro que por cierto estaba lleno, se me acerco pasando por el medio de la gente, se puso a mi lado y me dijo: Monse tú también jaja claro como siempre tarde, yo lo vi y me reí, era inevitable siempre me hacía reí con sus burlas, su manera de hablar, sus gestos, era extraño lo conocía tan poco pero parecía que hubiéramos sido